21 de Març de 2017

He empezado a leer el libro del neurocientífico Adolf Tobeña. "La Pasión secesionista". Creo que esta obra me  proporcionará un nuevo enfoque del  independentismo catalán. De él tengo el  histórico, y el económico: ”Cuando se dice, Cataluña es una comunidad diferente. También se dice que la historia de Cataluña siempre ha estado ligada al resto de los pueblos de la península. Cuando se dice, Cataluña tiene déficit fiscal. También se dice que Cataluña tiene superávit comercial.”. (…). El Sr. Tobeña nos ayuda a mirar el proceso desde otro lugar. Desde la Psicobiología. "Los independentistas se han enamorado de una proyección. Se han enamorado de la República Catalana Independiente. Pero no de la real, pues, la desconocen. Se han enamorado de la ideal. Es decir, de la que contiene todas las virtudes proyectadas sobre ella". Este enamoramiento no puede durar toda la vida!.  Espero!.(..).

A la química del enamoramiento aún no he llegado. Y como no he llegado, expongo lo que dice el sr Punset. Este divulgador menciona 3 neurotransmisores, que fabrica el propio cuerpo y que intervienen en la transmisión de los impulsos y por tanto, intervienen en la generación de las emociones relacionadas con el enamoramiento: Oxitocina, endorfinas y dopamina. 1) La oxitocina. Supongo que esta sustancia hace que el receptor del mensaje independentista confíe en el político, o en el portavoz ilusionado. 2) Las Endorfinas. Supongo que estas sustancias hacen que durante las concentraciones se respire alegría y bienestar. 3) La dopamina. Supongo que esta sustancia estimulante, hace que los que participan en la preparación, en el control y en el despliegue de las actuaciones lo hagan con vigor.