17 de Juny de 2008

Los errores de Laporta

Jan Laporta con motivo de la moción de censura ha iniciado una campaña para intentar persuadir a la afición azulgrana de que  se ha montado "sin motivo" una campaña en su contra dirigida por alguien que se encuentra detrás de quien, oficialmente, está al frente de la moción. Todo ello apoyado por un empleado del club, Jordi Badia, que le ha hecho más flacos favores a su jefe desde la dirección que ocupa que beneficios.

Laporta ha cometido como presidente de una de las entidades más importantes del mundo numerosos errores desde que accedió al cargo y ha dejado en entredicho el nombre de la entidad en numerosas ocasiones. No se puede olvidar jamás, porque representaba al Barça, su bajada de pantalones en el aeropuerto, su manotazo en la cara a un aficionado culé en Manchester, el lanzamiento de un móvil contra el espejo mientras lo maquillaban en TV3 para un reportaje o el ya famoso "¡Al loro!" ante los peñistas. Y no contento con todos estos errores que le han recriminado hasta sus más fieles servidores, se despide de una reunión de peñas en Olot con un  "Visca Catalunya lliure".

El presidente del Barça debe saber (parece que Laporta lo desconoce) que el club lo conforman,  160.000 socios de diverso color político y además millones de seguidores que no son catalanes, pero que aman los colores del club como el que más. Un presidente del Barça, como persona, puede ser del partido político que quiera y en las elecciones autonómicas, generales o municipales votar por su partido, pero como máximo representante del club no puede hacer manifestaciones públicas que pueden ofender a alguno de sus socios.
 
El día 6 de julio estas manifestaciones y los numerosos errores anteriores deben pasarle factura. Laporta no ha tenido los logros económicos ni deportivos que algunos de sus fieles (algunos a sueldo y muy alto por cierto) quieren hacernos ver. Los buenos barcelonistas deben acudir a las urnas y dejar que el Barça a partir de unas nuevas elecciones tenga savia nueva y no una tan viciada como la que en estos momentos rige los destinos de la entidad.