27 d'Octubre de 2016

Narcís Serra, quien fue ministro de defensa por el PSOE y posteriormente presidente de la extinta Caixa Catalunya, se lucró ampliamente de esta entidad financiera que presidía cuando ésta, arruinada, fue rescatada con dinero de todos los contribuyentes. Es decir, la subida de nuestros impuestos durante la crisis sirvió para regalar suculentas dietas a este político, unas dietas que no cotizan en hacienda y que en nada ponen a dieta a esta nueva aristocracia del S. XXI. Ahora, y por ello, será investigado por un tribunal aunque ya fue llamado a compadecer el martes 16 de Julio de 2013 ante el Parlament de Catalunya. El problema es que allí alegó lo que nuevamente repetirá ante el tribunal, que aunque muchos hipotecados estaban a punto de perder la vivienda la directiva de Caixa Catalunya, es decir él mismo, dio la orden de incrementar los sueldos de los altos directivos de tal banca, algo dentro de la legalidad del momento. Está claro que entre legal y moral hay una gran distancia cuando Serra cobra fuertes dividendos por un cargo honorífico y no por meritocracia en económicas. Pero el problema es que Serra no es la primera vez que ofrece declaraciones falsas y expiatorias. Cuando fue Ministro de Defensa durante 1991 afirmó que España jamás entraría en la Guerra de Iraq. Por aquel entonces yo estaba en el ejército y las órdenes eran otras, es decir si Turquía intervenía, España enviaba tropas de asalto. En fin que Serra alteró la verdad y ahora va a pasar lo mismo ante esta imputación. Pero no creo que lleguen a declararle culpable. Sólo cabe preguntarse cómo Serra fue nombrado presidente de Caixa Catalunya desplazando a su anterior dirigente. Pues la respuesta parece obvia, las puertas giratorias de la política. Si lo sumamos todo ya sabemos que va a ocurrir ante el actual tribunal, sobretodo si éste prima lo legal ante lo inmoral. Pues que Narcís Serra volverá a bolear y que su gremio político le protegerá a cambio de dar otros más vueltas por otras puertas giratorias.