28 de Maig de 2008

Rubalcaba y ETA

Diversos dirigentes del PNV han puesto en duda -muy en duda- que los últimos etarras detenidos en Burdeos sean realmente tan importantes como dicen el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y sus altavoces mediáticos, por lo demás muy potentes.

A estas alturas es difícil saber a qué atenerse. Pero no se ve qué ganaría el PNV minimizando la relevancia de unas detenciones de etarras. Es decir, el PNV no va a conseguir ventaja alguna poniendo en duda la versión de Rubalcaba.

En cualquier caso, hay que admitir que, por una parte, el Gobierno central sí obtiene ventajas dando a unas detenciones más importancia de la que tienen, si es que lo ha hecho. Y por otra parte, que los del PNV suelen saber de qué hablan cuando hablan de ETA.

El problema es que ya son sólo los dirigentes del PNV los que ponen en duda la versión de Rubalcaba. Cada vez hay más políticos que piensan que el ministerio de Interior se excede en su afán por apuntarse tantos.

Hay bastantes que lo piensan, pero no lo dicen por temor a se aplastados por la maquinaria del pensamiento único. Ese pensamiento que considera a cualquiera un terrorista simplemente por no expresar públicamente y de rodillas su condena de un atentado.

Parece, por tanto, que algo pasa. O sea, parece que el nivel de credibilidad del Gobierno en estos asunto es notablemente bajo, lo que no es de extrañar, dado que se ha hecho habitual que casi cada vez que es detenido un etarra, resulta ser el número uno del aparato logístico de ETA. Y esta vez, según dicen, ya ni siquiera es el número uno del aparato logístico, sino el número uno de ETA, lo que ha causado estupor en círculos conocedores del activismo etarra.

Teniendo en cuenta las anteriores consideraciones, en esta polémica tal vez sea más razonable darle más crédito al PNV que al Gobierno. Entre otras cosas, porque este Gobierno cree que todo, absolutamente todo, es manipulable en nombre del marquéting político, de la mercadotecnia electoralista y de la mayor gloria del PSOE.