22 de Maig de 2009

Las elecciones europeas, cuya campaña comenzó hace días,  son otro ejemplo de gran fraude colectivo, de estafa, de engaño. Otra vez pretenden que los ciudadanos otorguen una inexistente validez democrática a un engendro creado por un grupo de burócratas y conocido como la Unión Europea.

Todo esto es un puro invento, un tinglado. Europa, o el Mercado Común, como se decía antes -en un sorprendente gesto de sinceridad-, o la Unión Europea, es simplemente un conjunto de normas para que las multinacionales y los bancos puedan repartirse el mercado europeo de forma útil para sus cuentas de beneficios.

Los grandes ideólogos del europeísmo son los que han dado una apariencia de dignidad, decencia y democracia a lo que únicamente es un negocio. Un gran negocio que se mantiene a costa de los ciudadanos europeos, que además tienen que votar para que los burócratas de la UE puedan decir que han sido elegidos democráticamente.

La UE es un puro conjunto de lobbies comerciales, empresariales y financieros que tienen su centro de operaciones en Bruselas, y al que los eurodiputados que ahora se eligen proporcionan una cobertura de legalidad supuestamente democrática.

Al margen de los negocios, esta pléyade de burócratas se ocupa de otras cosas. Como, por ejemplo, dar cobertura a vuelos ilegales de los militares norteamericanos, que trasladan presos ilegales para ser torturados en cárceles e ilegales.

También se ocupan de proporcionar instrumentos jurídicos para que pueda discriminarse a los inmigrantes y despojarles de los más elementales derechos civiles y democráticos, levantando muros que, en algunos casos, como en Melilla o Ceuta, son reales, físicos, y no sólo jurídicos.

Esta Europa es la que permite, protege y fomenta el liderazgo de personajes xenófobos y corruptos como Silvio Berlusconi o de neocons fundamentalistas del ultraliberalismo, como el propio presidente de la UE, José Manuel Durao Barroso.

Hay que decir también que este ciudadano, Durao Barroso, que fue el anfitrión de Bush, Aznar y Blair en las Azores, donde decidieron arrasar Irak, ha recibido el apoyo para seguir en la presidencia de la UE de nuestro muy progresista, izquierdista y socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Entre otros.

Ahora, en plena crisis, los dirigentes europeos, con su banco central al frente, son los que, siguiendo las instrucciones de Wall Street y de otro gran farsante, en este caso norteamericano, llamado Barack Obama, corren a socorrer a los banqueros, entregándoles el dinero de todos los ciudadanos.

De esta forma, los impuestos de los europeos no van a reforzar los sistemas de pensiones de jubilación, ni el sistema de cobertura para los parados. Tampoco se emplean en ayudar a los que no tienen ni pensión ni seguro de paro. Ni en aumentar la cobertura sanitaria a los que no la tienen.

Nada de eso. El destino urgente del dinero de los europeos es ayudar a los banqueros, unos banqueros que se dedicaron a comercializar por toda Europa unos bonos falsos que habían comprado a sus socios de Wall Street, a los amigos de Obama.

Esto es Europa. Y ahora, los burócratas y vividores que dan cobertura democrática y legal a toda esta indignidad, a toda esta estafa, se permiten pedir el voto de los ciudadanos para perpetuar esta gran farsa. Ustedes mismos.