14 de Juliol de 2008

Espacios de bienvenida

La Generalitat de Cataluña ha decidido segregar de la red escolar catalana a los niños que lleguen con el curso ya comenzado, pero sólo en los casos en que no procedan de países de la UE. Es decir, que se aplicará a los más pobres.

Los colocarán en unos sitios que, con un cierto sentido del humor negro, la Generalitat de Cataluña llama espacios de bienvenida educativa. Por decirlo con más claridad, se trata de centros de segregación.

Esta gente, los socialistas, no se dan cuenta de que en este asunto de la inmigración -y en muchos otros- han perdido cualquier credibilidad. Y es lógico que la pierdan con este tipo de actuaciones.

En el Parlamento Europeo, los socialistas españoles, incluidos los del PSC -con tres honrosas excepciones-, votaron a favor de que se pueda mantener hasta año y medio en campos de segregación sin garantías jurídicas a inmigrantes llegados ilegalmente.

También votaron a favor de deportar del territorio estatal español a los menores de edad llegados ilegalmente, hacia países que no sean los suyos, con todo lo que este hecho implica.

A todo esto, el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, le llamó "un avance progresista". Y respecto a lo que piensan hacer ahora en Cataluña con los niños inmigrantes de los países más pobres, el consejero de Educación de la Generalitat habla de "un beneficio para los que llegan y para el resto de alumnos y docentes".

No tienen en cuenta que la mejor forma de integrar a estos niños en la sociedad y en el sistema es conviviendo con sus compañeros, con sus profesores, con el idioma, con las costumbres y con la cultura dentro de las mismas escuelas, dentro del mismo sistema escolar.

¿Cómo pretenden integrar en el sistema escolar y en la sociedad a niños extranjeros manteniéndolos aislados en centros especiales, es decir, manteniéndolos segregados, fuera del ámbito social y escolar normal y natural?       

Todo esto va en la misma línea de la votación en el Parlamento Europeo. Es coherente. Aunque aquí siempre hay algún ocurrente. Así, llega el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, y dice que se trata de "una idea valiente". ¿"Valiente"? Pero, ¿de qué estamos hablando? ¿De hazañas bélicas legionarias o de niños pobres inmigrados?

En realidad, se trata de esa cesión mental, política, moral e intelectual consistente en intentar quitarle votos a la extrema derecha haciendo la política de la extrema derecha. En nombre, por supuesto, del progresismo, del socialismo o del sursum corda.

Dice la Generalitat que se trata de "facilitar la incorporación de los niños y jóvenes al sistema educativo con plenas garantías". Deben de ser las mismas garantías que apoyan los socialistas españoles en el Parlamento Europeo para mantener segregados a inmigrantes durante 18 meses o para deportar niños a países que no son los suyos.

Cuando esto lo hace Berlusconi, el PSOE se indigna, con santa ira progresista, y habla de racismo, discriminación, apartheid y segregación. Pero aquí, no. Cuando se hace aquí, estamos ante "avances progresistas", "beneficios para los que llegan", "plenas garantías" o "idea valiente". ¡Qué tropa!