20 de Febrer de 2009

El tripartito mete la mano en la caja

A esta historia de los informes falsos se le podría calificar de muchas maneras. Pero, en cualquier caso, hay una expresión que define muy claramente lo que está pasando. Y lo que está pasando es que el Gobierno tripartito catalán ha metido la mano en la caja.

Si no, ¿cómo podemos definir una actuación consistente en repartir dinero público a los amigos y a las entidades afines mediante el método de entregarles diversas -cuantiosas- cantidades como pago por unos informes que, además de ser inutiles si se hicieran, no se han hecho?

¿De qué estamos hablando? Pues de eso, de quedarse con el dinero que los contribuyentes, mediante el pago de sus impuestos, ponen en manos de los gobernantes, de los representantes de la soberanía popular -tiene gracia la expresión- para que se invierta en las necesidades de los ciudadanos.

A ver si nos explicamos. Usted paga sus impuestos al gobierno. Luego, gente del gobierno encarga supuestamente a los amigos unos informes que no se hacen, o que consisten en grapar un montón de fotocopias. Se hace la factura correspondiente y se pagan a esos amigos varios miles de euros.

Naturalmente, siempre se paga una cantidad que se queda justo en ese límite que, si se traspasa, implica someter el pago a algún tipo de control. Por ejemplo, si a partir de un pago de 12.000 euros hay controles, se hacen facturas por 11.999. Se hacen varias facturas, claro, y así se evitan esos eventuales controles.

Los gobernantes de Cataluña tienen un larga historia de corrupción, y Cataluña tiene también una larga historia en tapar la corrupción con la coartada del nacionalismo. "Por Cataluña", se ha dicho siempre para amordazar a quien denuncia estos abusos.

Ahora, además, de meter la mano en la caja, se está  manipulando el corpus delicti. Es decir, se están retocando partes de esos supuestos informes con la pretensión de que el asunto no sea tan evidente. Para disimular el pastel. O sea, que en el tripartito hay algunos que tienen muy claro lo que han estado haciendo.

Además, cuando algún otro político, es decir, uno de la competencia, intenta investigar este escándalo, se le colocan todos los obstáculos imaginables, se le boicotea y se le ponen zancadillas de todas las especies.

Y luego, estos mismos políticos se quejan de la "desafección". En plena crisis, con  un número de parados cada vez mayor, con un volumen creciente de pobres y marginados, esta gente se dedica a repartirse el dinero de los ciudadanos. Bueno, en realidad, se trata del dinero que les sobra después de darle otra parte a los banqueros, no sea que se nos vayan a arruinar, los pobrecitos.

Por lo demás, que nadie crea que hablamos de calderilla. En el pasado año, estos del tripartito se gastaron en informes 32 millones de euros. Ahora, un fiscal está intentando aclarar qué parte fue para los amiguetes.

Es difícil que se aclare algo. Esto funciona así, con opacidad, con obstrucciones, con zancadillas, con silencios, con complicidades, con engaños y con fraudes. Se utiliza el poder para repartirse el dinero, y al que se quede en el paro, que le vayan dando. Eso sí, en nombre de Cataluña.